Sé que esta crónica llega un poco tarde pero por pereza no he escrito, voy
a actualizar hasta la última carrera en la que he participado.
El día 11 de marzo en Villa del Prado nos encontramos con el circuito clásico del “El Gurugú” donde se han celebrado las tres ediciones en las que he podido participar.
Remodelado respecto de la edición anterior para adaptarse a la normativa
UCI.
La gente de Villa del Prado como nos tiene acostumbrados nos prepararon un
circuito duro y técnico pero muy divertido.
El día amaneció despejado, nos llamaron a la parrilla nos colocan detrás de
los Master 30 y sale todo el mundo a fuego, la subida inicial arde las piernas,
se sube hasta una pared de piedra por la que se va en paralelo, giro a la
izquierda y primera bajada mucho polvo. Se empieza a separar el grupo y cada
uno a su ritmo, subida por el parque, dura como siempre. La bajada del parque
muy suelta, apunto estuve de caerme las tres vueltas, se enlazaba con una zona
rocosa pegados a una verja metálica en la que tenías que andar con ojo para no
enganchar el manillar, zona rápida de bajada y vuelta a subir para realizar la
subida más larga del circuito, más dura que la del parque y con un paso que hay que realizar
andando, coronamos y bajada de escalones muy espectacular y divertida. Un
llanito y paso por el rio, este año con bastante menos agua que el año
anterior, entramos en la carretera y vuelta a empezar.
Las sensaciones fueron buenas y fui recuperando algún puesto en la segunda
y tercera vueltas, para terminar esprintando por primera vez en los cuatro años
que llevo corriendo. Fue por el puesto 21 pero había que intentarlo.
La suerte me sonrío a mí y pude ganar a Oscar.
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